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El trabajo matemático-geométrico se basa en una actividad dirigida dentro del pensar. Ésta puede orientarse a objetos accesibles a nuestros sentidos, pero también se puede sustraer a éstos. Así podemos decir que los números y la líneas no son producto de la percepción sensible, a pesar de que pueden aplicarse a ese mundo. La actividad matemática se lleva a cabo en el pensar libre de percepciones. Un pensar que puede apoyarse en sí mismo no sólo se libera de todo sostén exterior sino que además hace de la persona que piensa una persona independiente. Aquí las formas de los pensamientos se hacen directamente visibles y tienen gran importancia para la comprensión integral de los procesos que se representan en la esfera "témporo-espacial".